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  Ucrania hoy

 

Hace ya dos semanas que la mirada de la comunidad mundial está dirigida hacia Ucrania. En la madrugada del 30 de noviembre el grupo de operaciones especiales de la policía con enorme crueldad disolvió «Euromaidan», una protesta del popular en la ciudad de Kiev. Esto se dio después de que, el 29 de noviembre en la ciudad de Vilna, el presidente Viktor Yanukovych se negó a firmar el acuerdo de asociación de Ucrania con la Unión Europea. Durante la sangrienta operación rastrillo en Euromaidan se encontraban más de 1000 personas: estudiantes, intelectuales... Ellos fueron golpeados, pateados y arrastrados por las escaleras. Las cámaras grabaron sus rostros ensangrentados, sus cabezas heridas. Este día entró a la historia con el nombre del «sábado sangriento» y transformó una simple protesta en el inicio de una revolución.

 

Para muchos en América Latina, incluyendo a los chilenos, Ucrania es un país que se encuentra en la categoría de los «objetos desconocidos». La mayoría de los latinoamericanos lo asocian con la ex Unión Soviética o lo creen parte de Rusia actual. Pocos saben que el pueblo ucraniano, por muchos siglos, ha luchado por la creación de un estado independiente y logró ser independiente recién después de la desintegración de la Ex URSS. ¿Cómo es Ucrania hoy y cómo vive su pueblo ahora? La caída del imperio soviético. Hay que reconocer honestamente que la caída de un imperio se ve atractiva sólo en el episodio final de «La guerra de las Galaxias». En la vida real todo es diferente. Es todo un abanico de guerras, devastaciones, genocidios y terror.

 

La caída de la Unión Soviética no resultó ser una catástrofe mayor que la caída de cualquier otro imperio maduro. No hay motivos para aislar la muerte de la URSS. Excepto, no obstante, merece una particular observación: fue la muerte de un imperio comunista totalitario que en sus 70 años de existencia eliminó físicamente decenas de millones de vidas. Las luchas de liberación nacional lavan la fina capa de civilización y se transforman en la justificación para cualquier tipo de excesos, violencia y crueldad. Afortunadamente, Ucrania independiente no llegó a vivir algo semejante. Pero nada puedo proteger a los ucranianos comunes de las conmociones económicas, sociales y legales, relacionadas con la caída del imperio Soviético. No importa qué régimen se destruye junto con el imperio que se está hundiendo, lo que importa es que se está destruyendo y el pueblo queda totalmente desprotegido ante la fuerza brusca de los cambios.

 

El lector consciente ya formula su pregunta indignada: ¿acaso un imperio en sí no es criminal? ¿Acaso no le trae la desgracia al pueblo? ¿Acaso no asesina, no roba, no mata de hambre? ¿Acaso podemos lamentar su caída? Los ucranianos que maldicen a la URSS, recuerdan la colectivización, la Hambruna (Holodomor), los campos de concentración GULAG. Los ucranianos que sienten nostalgia por la URSS se acuerdan de la vida estable en los años de estancamiento: medicina gratis y asequible para todos, educación general de calidad y gratuita, y la educación universitaria, una de las mejores incluso hasta los años 80. Los primeros se refieren al imperio de la época de su formación, los segundos al imperio de la época del auge. Formalmente, están hablando de un mismo país, pero en realidad, de dos países diferentes. Ucrania. Un resumen del país. Ucrania es un país de Europa Oriental, tiene una superficie de 603,628 km2, capital Kiev y principales puertos Odessa y Sebastopol en el Mar Negro. La mayor parte del territorio de lo que es ahora Ucrania, fue anexada a Polonia y Lituania en el siglo XIV. Durante la segunda mitad del siglo 18 la gran parte del territorio ucraniano fue absorbido por el Imperio Ruso.

 

Ucrania logró conseguir un corto período de libertan (1917-1920) después de la caída de Rusia zarista en el año 1917 pero en el año 1922 se transformó en una de las repúblicas de la Unión Soviética. Ucrania sólo adquirió su independencia recién después de la caída de la Unión Soviética en el año 1991. Pero la democracia siguió siendo inalcanzable como el legado del control estatal y corrupción, un callejón sin salida de las reformas económicas, nacionalización y libertad ciudadana.

 

La protesta pacífica durante la «Revolución Naranja» en el año 2004 hizo que las autoridades reconocieran como fraudulentos los resultados de las elecciones presidenciales y permitieran un nuevo sufragio bajo el control internacional que llevó al poder a Victor Yushchenko, que tuvo que renunciar al no poder ganar la segunda vuelta en las elecciones presidenciales en enero del 2010. Teniendo unos ricos terrenos agrícolas, una bien desarrollada base industrial, recursos humanos altamente calificados y un buen sistema de educación (líder en la Unión Soviética), Ucrania tiene el potencial para convertirse en una de las más grandes economías europeas, sin embargo, la economía de Ucrania todavía lleva la carga de una regulación estatal excesiva y de la corrupción. Una amplia extensión de la corrupción y sobornos en Ucrania reconocieron el 91% de los empresarios entrevistados por la compañía auditora Ernst & Young. Según este indicador el país ocupa el lugar 24 en Europa, según el diario «Comerciante-Ucrania». En este indicador Ucrania le cede el lugar sólo a Rusia (con 93%).

 

Todo lo que ocurre con la sociedad ucraniana en los últimos veinte años no sólo es la revelación política del sistema sino el resultado remoto de la Revolución Rusa. Esto exige una revisión del comunismo bolchevique cómo un fenómeno de profundidad que se puede llamar, junto con el fascismo, como el «espíritu maligno» del siglo XX. El legado de la política interior de la URSS en Ucrania postsoviética. La política interior comunista (desde 1917 hasta 1953) se convirtió para los pueblos de URSS y en especial para Ucrania en el terror rojo y genocidio incluso hasta la muerte de Stalin. Las personas vivían atemorizadas por el terror masivo e impredecible, que provocó en el pueblo una perplejidad enorme y el miedo. El que lograba sobrevivir el terror tenía que reevaluar por completo todos los valores humanos. Lo que antes se consideraba como bueno y se recompensaba ahora era visto como el mal y traía el castigo. Las virtudes tradicionales tales como la fe en Dios, la misericordia, la tolerancia, el amor hacia el prójimo fueron proclamados por el régimen como el legado nocivo del mundo antiguo. La conciencia humana fue prensada y deformada desde la infancia. Nosotros (y yo me refiero a mi generación) podemos apreciar la eficiencia de la educación comunista, analizando nuestra propia conciencia de aquella época. Aún durante los estudios en la universidad (1982-1990) yo obtuve acceso a «samizdat» sobre la realidad de la vida soviética. «Samizdat» era la publicación y la propagación ilegal, por lo tanto, sin censura de obras literarias, como también de los textos religiosos y publicitarios en la URSS. Pero esa información no cabía en la conciencia y no lograba influir en las posiciones conceptuales ya asimiladas. En relación a eso mi memoria retorna a un episodio del pasado que, creo, es muy representativo hoy en día. Corría el año 1983 durante la Pascua de Resurrección, que en la URSS era prohibida. Yo era estudiante de una universidad técnica e iba a ir con una amiga a la misa. Me acuerdo que mi abuela se arrodilló en la puerta y no nos dejó ir.

 

Ella, que era una persona profundamente creyente, que sobrevivió la Revolución de Octubre, la Hambruna de 1930, las represalias comunistas y la Segunda Guerra Mundial, nos suplicaba mantener la cordura y no arruinar nuestras vidas. Los agentes de KGB durante las festividades religiosas montaban la guardia cerca de las iglesias y asechaban a los estudiantes que iban allá. Esas visitas podían conllevar a una expulsión de la universidad sin la posibilidad de volver, y en un santiamén te quitaban la oportunidad de obtener el título y la profesión. El terror rojo fue sustituido por la lucha «intelectual» con la disidencia en las clínicas psiquiátricas, ahora los disidentes ocuparon el lugar de los enemigos del pueblo, o sea, los ciudadanos que expresaban libremente sus creencias políticas, que eran considerablemente diferentes a la ideología comunista que reinaba en la sociedad y en el estado. Los que sobrevivieron y vivieron todos esos treinta y seis años, hasta incluso la desintegración de la URSS en los años 90, ya no tenían vuelta hacia su simple vida anterior. La gente sobrevivía creyendo masivamente que esto era vivir. ¡Son cientos de millones de las vidas perdidas! Estarán de acuerdo en que asegurar el aparato estatal con los recursos humanos que estarían moralmente dispuestos a llevar la política del partido comunista, no era una tarea fácil. Tenían que ser preparados moralmente a realizar una política cruel de represalias. El sistema expulsaba a las personas que eran extraordinarias y valientes. Un ciudadano despierto y con iniciativo no era cómodo para el régimen. Me acuerdo, en el colegio, nuestro profesor jefe en una de las reuniones, explicó a los alumnos que tenían que aprender una simple cosa: «nunca ir muy adelante ni muy atrás, sólo estar entremedio de la multitud», o sea, se un simple tornillito en la máquina del estado, una masa gris cumplidora. Los funcionarios públicos del estado comunista se reorganizaron en Ucrania ya independiente y y usan ese poder en su beneficio.

 

La incompetencia de los numerosos gobiernos, la inconsecuencia de las decisiones políticas, el proceso electoral interminable hicieron que la administración estatal fuera poco eficiente. Por veinte años ya el sujeto de la administración del país, o sea, el gobierno, no corresponde al objeto de administración, o sea, a la sociedad y sus problemas. Todo esto creó en el país un ambiente muy favorable para la corrupción. Según los resultados del análisis de 2011 de la organización internacional «Transparency International», Ucrania está en el lugar 134 de los 178. Un 30% de los ucranianos vive ahora por debajo de la línea de pobreza producto de ese saqueo total de las riquezas nacionales. Según las estadísticas oficiales, la cantidad de ucranianos que viven por debajo de la línea de pobreza en los últimos años fluctúa entre 25% a 28%. Sin embargo, lo más horroroso de la situación está en que el concepto de la «pobreza» lo definen en Ucrania sus 450 diputados, para los cuales (en su mayoría), Ucrania y el pueblo ucraniano sólo son la fuente de su propio enriquecimiento. Son justamente ellos que definieron el «umbral de la pobreza», «el mínimo vital» en aproximadamente 110 dólares estadounidenses al mes, cuando según los estándares internacionales, el límite de la pobreza son 17 dólares al día por persona (aproximadamente 510 dólares al mes), o sea, 4 veces mayor. Es obvio que existe el concepto del carácter específico de la región (quizás, en algún otro país con este monto usted será un rico), sin embargo, después de que los precios y los gastos básicos en Ucrania prácticamente llegaron al nivel de Europa occidental (o incluso los excedieron), sería correcto definir el umbral de pobreza justamente según los estándares mundiales. Por supuesto que las autoridades ucranianas nunca accederán a ellos. Sino, en lugar del actual 30% de los ucranianos, debajo del nivel de pobreza se alcanzaría al 80%-85% de la población. ¡Los pobres de Ucrania son 14,5 veces más pobres que los pobres de Bélgica! Ucrania: las expectativas sin cumplir y el deseo del bienestar occidental La mayoría de los ucranianos no quisieran volver a la URSS, pero una parte significativa de la población se desilusionó en sus expectativas relacionadas con la independencia de Ucrania.

 

La razón principal es la insatisfacción con su situación económica. 20 años después de la caída de la URSS los habitantes de Ucrania en su mayoría no sienten la nostalgia por la época soviética pero quisieran una vida mejor. Según el ranking «Antifelicidad» creado a fines del año 2010 por el grupo sociológico «Rating», 40% de los entrevistados indicaron que no están conformes con su nivel de bienestar. Si en el año 1991 en el referendo sobre la independencia de Ucrania más de 90% de los votantes votaron «pro», en marzo de 2011 ya eran apenas 51%. Y 47% de los ucranianos, si creemos a los resultados de la encuesta de la compañía Research & Branding Group, apoyarían la conservación de la Unión Soviética. Los sociólogos creen que la razón principal del cambio en el ánimo son las expectativas del crecimiento del bienestar no cumplidas. Y los jubilados (en especial los minusválidos) se indican como el grupo más oprimido económicamente. Los que añoran el pasado La generación mayor extraña más que las demás la URSS. Según las encuestas, 60% de los jubilados se desilusionaron en la independencia ucraniana principalmente por el nivel bajo de la pensión y el aumento de los precios a los productos de la primera necesidad. Según el gobierno, 4,9 millones de ucranianos reciben una pensión menor a 100 dólares aproximadamente. Al mismo tiempo las elecciones a los órganos locales y centrales de autoridad demuestran regularmente que los jubilados son los votantes más disciplinados y prácticamente legitiman el poder en Ucrania. En relación a eso me acuerdo de mi viaje reciente a la casa de mis padres en Ucrania. “Cada vez esperamos lo mejor y creemos en las promesas dulces de las autoridades, pero nadie hizo nada para mejorar nuestras vidas. Mejor sería mantener las cosas como antes,” se quejó en una conversación una jubilada de 72 años (la vecina de mis padres). Ella recuerda que la humilde pensión de 98 rublos soviéticos que recibía su madre le alcanzaba para la comida y la ropa más necesaria. “Solo que era difícil conseguir todo esto: en la feria todo era bastante caro y en las tiendas no había nada”.

 

La predictibilidad y la estabilidad era lo positivo de la vida anterior según ella. Al recibir ahora alrededor de 85 euros mensuales de pensión, ella gasta más de dos tercios en los gastos de vivienda y con lo que le queda es difícil alimentarse, en especial después de la alza de precios en los últimos meses. Desolación del presente El crecimiento de la población de Ucrania es de los más bajos en el mundo. Desde el año 1997 Ucrania está entre los tres países donde la mortalidad supera la natalidad. Según el pronóstico de la ONU publicado en marzo de 2010, la población del país disminuirá para el año 2030 hasta 39 millones de personas versus 45,9 millones actuales. Hace 20 años éramos 54 millones de ucranianos. La encuesta sociológica del grupo “Rating” realizada en octubre de 2010 demostró la disminución de la cantidad de los ucranianos felices. “Relativamente felices” se consideran sólo 68% de los encuestados, y cada quinto se siente infeliz. Los más felices se sienten los jóvenes de entre 18 a 29 años, 70% de ellos. Menos felices son las personas de la tercera edad, 53%. No siempre alcanza la módica pensión El ánimo que reina entre los ucranianos de mediana edad es la desolación, según los sociólogos. Un amigo, escenógrafo de teatro me contó que en la época de la URSS llegaba a ganar hasta 300 rublos, criaba a su hijo sólo y no carecía de nada. “Hoy, si trabajamos según el tarifario del Ministerio de Cultura, podemos ganar aproximadamente 2 a 3 mil Grivnas (236 a 354 US$) que alcanzarían para la comida, los medicamentos, el transporte, los gastos básicos y de vivienda. Ni hablar de la ropa o vacaciones del nivel medio europeo.” Según su opinión, como la de muchos ucranianos, el sistema soviético en Ucrania no se fue del todo hasta el día de hoy.

 

Los funcionarios públicos soviéticos sólo acercaron hacia sí al elemento delictivo y lo integraron al poder. “Los que son capaces de satisfacer los gustos que degradan de esta “elite” pueden obtener las ganancias diez veces mayores que los que son fieles al arte” se quejó él. Un futuro incierto Como creen los sociólogos del Instituto de la demografía y estudios sociales de la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania, la razón de la insatisfacción constante de los ucranianos por sus propias vidas es el entusiasmo excesivo por las cosas caras con un nivel bajo de productividad, y el hecho de que los estándares de vida inalcanzables para los ucranianos no coincidan con las posibilidades propias generan la insatisfacción. Una de las consecuencias de esto es que cada 1 de cuatro ucranianos está dispuesto a abandonar el país. Según los estudios sociológicos realizados por el Gallap Institute de EE.UU., los que más quieren abandonar el país son los jóvenes, pues no ven las perspectivas para una carrera dentro del país y están buscando una oportunidad para el trabajo y la educación en el extranjero.

 

Un estudio conjunto de la revista “Experto Ucrania” y de la compañía TNS Ukraine demostró que los ucranianos poseen casi todo lo necesario para la construcción de una próspera economía del mercado: tienen una buena educación, el gusto por la innovación, creen en sus fuerzas. Pero es difícil para ellos aplicar sus habilidades en su país. Ucrania ocupa el lugar Nº73 en el ranking global de la calidad de la vida del años 2012, realizado por la editorial «International Living». Cerca están Namibia, Botswana, Tunisia, Marruecos, Trinidad y Tobado. Durante los dos años de la presidencia de Victor Yanukovych Ucrania cedió posiciones: en el estudio anterior el país estaba cinco puntos más arriba. Los creadores del rating consideran que la situación económica en Ucrania en el último año empeoró catastróficamente. Analizando el nivel de las tasas de interés, de la inflación, el crecimiento del PIB y su porcentaje per cápita, los autores del estudio reconocieron la economía de Ucrania como una de las más atrasadas en el mundo. Según estos criterios está entre los tres peores. Atrás están sólo Zimbabwe y Somalia.

 

Obviamente, este artículo no pretende resolver los problemas del carácter sociopolítico en Ucrania. Sólo abarcamos los temas que tienen algo que ver con lo que construyó el comunismo en un país en particular y porque nosotros (los ucranianos), somos personas que sabemos y podemos trabajar, el país posee la riquezas naturales y recursos industriales, no obstante, ni en la época de la URSS, ni veinte años después de la desintegración de ella, podemos llegar al nivel de la vida en Europa. En el año 1945 Europa estaba completamente destruida, Alemania estaba en ruinas. Aun así, Alemania es el líder de Europa, su nivel de vida es considerablemente más alto que entre Rusia, Ucrania y Bielorrusia juntas. Para concluir quisiera decir que lo que me incentivó a escribir este artículo era no sólo el deseo de presentar Ucrania a los chilenos y hacerla más comprensible para ellos, sino también para que nuestra historia fuera una lección para ustedes, en especial ahora cuando se está tratando de reanimar las ideas comunistas nuevamente para ser implementadas en la América del Sur. Da miedo siquiera pensar que este fenómeno puede repetirse esta vez en la América del Sur.

 

Oksana Artz

 

 

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